domingo, 25 de febrero de 2018

MANEJO DEL CULTIVO DE ZAPALLO





·       FASES FONOLÓGICAS 


ü  Siembra
Se utiliza la semilla para iniciar el cultivo; la siembra es directa. Para los alrededores de Buenos Aires, la época para el cultivo normal es desde septiembre y para el forzado en mediados de agosto. La densidad para la siembra manual es de 2-3 kg/ha y para la mecánica de 4-5 kilos.
Como su ciclo es corto (50-60 días), se puede realizar varias siembras en zonas que cuentan con un período libre de heladas prolongado.
ü  Producción de semilla
El órgano de iniciación es la semilla.
Normal:
-manual:1-1.4*0.5-0.06m
-mecánica:70*70 cm 
Forzado: se protege parte del ciclo para adelantar la cosecha
El cultivo forzado, la protección puede ser con barandillas; se siembra cada 25 cm y luego se ralea. Otra forma es usando túneles de polietileno sembrando a 50 cm en la línea.
Requerimientos en clima y suelo
El zapallo necesita un clima templado - cálido. Los zapallos necesitan un período libre de heladas de 4 a 5 meses y los zapallitos de tronco de 45 a 80 días. Las temperaturas de crecimiento mensuales medias óptimas son de 18 a 24ºC, la máxima media es de 32ºC y la mínima media es de 10ºC. La temperatura del suelo para germinación es de 35ºC cuando es óptima, la máxima es de 37ºC y la mínima de 12ºC. Los suelos deben ser preferentemente sueltos, bien drenados y ricos en fósforo, potasio y calcio. El pH ideal es de 5,5 a 6,8. La planta es bastante tolerante a la sequía dada su raíz pivotante, que alcanza 1,5 m de profundidad y es medianamente resistente a la salinidad del suelo. Para producción temprana son preferibles los suelos arenosos, ricos en materia orgánica.
ü  Cosecha
La cosecha se lleva a cabo a los 3-5 meses de la siembre, según los cultivares. Se realiza 3- 7 días después del cuajado de la flor; los frutos tienen 5-10 cm de diámetro (zapallito redondo) y 10-15 cm de longitud.
La cosecha dura un mes y medio. Se debe cosechar los zapallitos aunque ya estén pasados, para tener un buen rendimiento. Esto se debe a que la presencia del fruto inhibe la producción de flores femeninas.
Los cultivares que se cultivan para “primicia” (Inglés en Santiago del Estero) se los cosecha antes de llegar a plena madurez, a mitad o ¾ de cáscara, o sea cuando se puede hincar la uña. Los zapallos que van a conservarse, se los cosecha cuando el follaje se ha helado y la corteza es bien dura.
La cosecha se realiza en forma manual.
Se cosecha el fruto dejando un trozo de pedúnculo para una conservación más adecuada.
El rendimiento varía entre 5.000 – 6.000 unidades por hectárea, considerando como bueno en la zona de riego, y 2.000 en la zona de secano. Para el Anquito, el rendimiento varía de 400 a 800 bolsas de 20 kg cada una.
ü  Comercialización
Se lleva a cabo mediante cajón torito y jaulas.
Para mejorar la calidad se puede realizar la práctica de “curado”, donde se somete al zapallo recién cosechado a 27-30ºC y 80% de humedad relativa durante los 10 días. Luego se mantiene los frutos a 10-15ºC y 50-70% de humedad.
ü  Conservación y almacenamiento de la cosecha.
Para ello es prioritario contar con una mercadería con muy buen estado sanitario.
Los zapallos que van a conservarse (Criollo crespo en Mendoza) deben tener la corteza bien dura, de manera que la uña no la raye.
Se amontona los zapallos a campo eligiéndolos de acuerdo con el tamaño y la madurez; se los cubre con material vegetal seco y se los deja hasta que el acopiador los retira.
Como en Mendoza el invierno es seco, se los puede conservar allí a campo. Para el caso de Anquito, se lo puede conservar en cámaras frigoríficas.
Una buena conservación también se logra si se apila bajo tinglado, colocando sobre un entabillado de madera 1 o 2 camas de zapallos.
ü  Envasado
Básicamente se consideran dos tipos de envases según su permeabilidad al agua: permeables e impermeables. Los envases permeables usados en zapallo son polietileno perforado y los de arpillera plástica. Son envases aptos para conservar durante corto tiempo y en áreas de baja humedad relativa. Los envases impermeables más usados son los de hojalata y los de láminas de aluminio. Estos permiten conservar la calidad fisiológica de las semillas durante más tiempo cuando las condiciones de humedad ambiental son elevadas. Con estos envases se debe tener mucha precaución en el control de la humedad de las semillas al momento de envasado, no debiendo superar el 7,4%. El contenido de semillas de los envases normalmente es de 0,5-1,0 kg, aunque se pueden emplear también otros de mayor capacidad. Las semillas envasadas se deben mantener en un lugar fresco (15-20 °C) y seco (humedad relativa cercana al 50%).

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